lunes, 14 de marzo de 2016

VETERANOS DE AYER


ARABIA NUCLEAR


Cómo de la noche a la mañana y violando la ley internacional, Washington autoriza a Riad la compra clandestina de una bomba nuclear




Por Charles H. Slim

Luego de años de embustes y parafarnalias mediáticas contra las legitimas aspiraciones de Irán por obtener el desarrollo de tecnología nuclear supuestamente para fines bélicos radiadas desde occidente y respaldadas por todos los medios desde Tel Aviv,  hoy contra toda la legislación internacional sobre la No proliferación d Armas de Destrucción Masiva y en especial contra las disposiciones de la OIEA referidas a la limitación de los arsenales nucleares existentes en el Medio Oriente, se ha conocido que Arabia Saudita ha logrado adquirir una bomba atómica presumiblemente desde Pakistán aunque, otros señalan que la misma podría haber provenido de los arsenales israelíes en Bershevá.

Sin dudas, se trata de una situación que deja pesimamente parados tanto a Washington como a Tel Aviv, quienes durante los últimos seis años estuvieron rasgándose las vestiduras hablando de los “peligros de la proliferación nuclear en la región” y de las intensiones de la república Islámica de Irán, por  iniciar una carrera armamentística de carácter nuclear. (Red Voltaire.org. “El Medio Oriente está nuclearizado”. http://www.voltairenet.org/article190630.html )

Pero a pesar de la masiva campaña mediática por tratar de manchar a Irán por sus supuestas ambiciones de una carrera armamentística con aspiraciones nucleares y de sus “malignas intensiones para con el mundo”, toda esa discursiva propagandística se vino abajo al conocerse que el socio de Tel Aviv, Riad, se hubo hecho con un artefacto nuclear que habría sido adquirido  en un país islámico o del mismo Israel.

La concreción de esta adquisición no solo pone de manifiesto la relación contra natura existente entre Riad y Tel Aviv sino también, la confirmación de que Israel está planeando algo muy peligroso y sucio, usando al régimen más archicorrupto del golfo. Las máscaras se han caído hace tiempo; para mayor precisión, fue con el inicio de las operaciones militares contra Yemen en Marzo del 2015, que se pudo ver con claridad como los aviones israelíes, sus bombas termobaricas e incluso pequeños dispositivos nucleares eran utilizados contra la población del Yemen. Y pese a que los medios mantuvieron y mantienen un hermético silencio de lo que allí ocurre, las fuentes independientes no han dudado en dejar traslucir como los dedos israelíes y sus colegas estadounidenses, tratan de balancear el tanteador, apoyando cuanto pueden a los ineptos saudíes que al momento llevan perdidos unos cientos  de vehículos militares, muchos de ellos blindados de fabricación estadounidense.

La adquisición de ésta arma nuclear, es el salto cualitativamente peligroso a una nueva estrategia de Tel Aviv y Washington que brega por balancear la creciente influencia política de Teherán en la región que, dicho sea de paso, ha sido propiciada por las políticas intervencionistas de los “Halcones del Pentágono y la Casa Blanca” y respaldada desde hace ya más de una década, por los facciones sionistas pro-israelíes que, fuertes influencias en el Congreso, solventan las campañas de los diferentes candidatos a la Casa Blanca que se comprometan a mantener el apoyo irrestricto e incondicional del estado de Israel.
Wesley Clark

Para algunos analistas, Tel Aviv está usando a Arabia Saudita y los países de CCG como un para choque contra el crecimiento de la ideología militante fincada en la resistencia islámica que hoy se halla encabezada por el chiismo iraní y que tiene su exponente árabe más destacado en el “Hesbolla” libanés quien a su vez, apoya en su lucha contra la ocupación israelí al “Hamas”  palestino de origen sunita. De este modo, los cerebros que habían creado toda la planificación que involucró la farsa mediática de la “Primavera árabe” y la aparición del “ISIS”, no habría podido determinar efectos colaterales –como el crecimiento de las fuerzas chiitas- al extenderse en el tiempo, sus fallidos intentos por apoderase de la lista de países que el general Wesley Clark denunció públicamente allá por el 2007 ( PLANETAGEA.  https://planetagea.wordpress.com/2012/06/27/general-clark-en-2007-eeuu-tiene-plan-desde-septiembre-2001-para-invadir-o-controlar-irak-libia-siria-libano-somalia-sudan-e-iran-adrian-salbuchi-la-elite-quiere-importar-la-primavera-arab/)

Tal como lo ha señalado el periodistas e investigador francés Therry Meyssan,  las estrechas relaciones entre Israel y Arabia Saudita pueden verse en la actuación conjunta en los intentos de erigir en Yemen, un gobierno adicto a la monarquía Hachemita la cual a su vez, gasta millones de dólares al mes para sustentar una fuerza de combate que agrupa entre otros, a tropas sudanesas, egipcias, emiratos árabes y empresas mercenarias estadounidenses entre otras.  En la coordinación de estos esfuerzos militares por destruir a las fuerzas nacionales yemenitas, se hallan los israelíes, principales interesados en destruir  la influencia de los chiitas de la tribu “Hutie” que –como sería obvio y lógico- tiene cercana filiación ideológica con Teherán.  

Pero los esfuerzos convencionales han resultado caros y contraproducentes. La llamada  Tempestad Decisiva, denominación que Riad le ha dado a su operación militar contra el Yemen,  ha resultado para Riad una cadena de infortunios y dolores de cabeza, tanto para sus generales quienes a su vez, siguen los asesoramientos y las asistencias técnicas  de militares del Pentágono y de Israel. A pesar de que y según lo planificado, la operación debía ser rápida y contundente, los intentos sauditas y de sus socios entran en el primer año sin haber logrado doblegar a los grupos yemenitas que defienden el país.  Es más, pese a que se intentó usar las mismas tácticas de terror con la infiltración de elementos de la franquicia “ISIS” y el reforzamiento de las relaciones con las células de “Al Qaeda”, los yemenitas no han sido un hueso fácil. En algunas ocasiones, estos grupos seudo yihadistas, intentaron hacer de las suyas pero quedaron entrampados en escaramuzas que siempre han perdido y de las cuales, los guerrilleros del “Ansar Alah” (Espada de Dios) han descubierto que bajo las mascaras de muchos de éstos supuestos mujahedines árabes habían hombres blancos caucásicos, quienes seguramente, serían  de alguna empresa de seguridad estadounidense o europea.

Es por aquellas improntas que no hay coberturas informativas en Yemen. Es que ¿podría usted imaginarse a un cronista de la CNN, de la FOX o NBC reportando a combatientes Hutie con un cuadro de “mercenarios estadounidenses” muertos tendidos en el suelo disfrazados como las “tortugas ninja” de ISIS? Semejante crónica, es imposible de ver en algún medio anglosajón y menos aún, en las repetidoras regionales de Latinoamérica. 


Sin dudas, con un escenario altamente complejo en Yemen, con un claro fracaso de las aspiraciones de Washington contra el presidente Bashar Al Assad en Siria,  las imprevisibles consecuencias en un Iraq que no quiere ver un solo soldados estadounidense paseándose por su tierra  y el incremento paulatino de la influencia  política y militar  iraní en la región, llevaron a la Casa Blanca a ir más allá de la línea roja , permitiéndole a la Casa Real Saud, comprar un artefacto nuclear presuntamente a Pakistán, lo que de por sí significa la violación flagrante al Tratado de No Proliferación Nuclear con la finalidad última –y compartida por Tel Aviv-, de desplazar a Irán como el poder hegemónico político-militar de la región.

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